Un poco de Historia
El 22 de julio del año 1812, a poco más de dos años de producida la llamada Revolución de Mayo, el Primer Triunvirato envió al Cabildo una nota solicitándole que se encargara de gestionar la elaboración de una marcha patriota o canción nacional, se cantara en todos los espectáculos públicos y los espectadores que debieran escuchar y entonar de pie, como símbolo de respeto.
El Cabildo le encargó la tarea a uno de sus miembros, Manuel José García, quien a su vez le encomendó la redacción del texto al sacerdote, periodista y poeta Cayetano Rodríguez, personaje que luego fue diputado en el Congreso Nacional que, reunido en Tucumán, declaró la independencia el 9 de julio de 1816.
El fray
redactó la letra del himno y el Cabildo la aprobó de inmediato, ordenando que se hagan las gestiones para musicalizarla, tarea que se le encomendó
al músico español Blas
Parera Morat. Elaborada la música por parte de éste, el Cabildo
también la aprobó y la canción patria se estrenó el 1 de noviembre de 1812, en
la sede del mismo Cabildo de Buenos Aires.
Sin embargo la obra no tuvo aceptación en la sociedad porteña, no tanto por la música sino por la letra. Por ello, al año siguiente, la Asamblea del Año XIII decidió reformular la canción patria, pidiéndole, por un lado al mismo fray Cayetano Rodríguez que modifique el texto original, y por otro lado encargándole la misma tarea a Alejandro Vicente López y Planes, con la idea que ambos elaboren textos por separado y luego, comparándolos, se escoja al mejor.
Los dos personajes presentaron sus proyectos y finalmente la Asamblea del Año XIII seleccionó el de Vicente López, confiando nuevamente su musicalización a Blas Parera Morat, quien en esta segunda ocasión tuvo algunos reparos en cumplir con el pedido, ya que la letra del nuevo himno contenía párrafos agresivos respecto de España, y Blas Parera era justamente español.
Blas Parera
La nueva versión del himno nacional argentino elaborada por Vicente López, y nuevamente musicalizada por el español Blas Parera, tuvo una gran aceptación popular, aunque con los años la letra fue recortada, eliminándose los versos agresivos.
En julio de 1893, durante la presidencia de Luis Sáenz Peña, el ministro del Interior Lucio Vicente López, nieto del autor de la letra del himno, propuso que solo se entone la última estrofa del mismo. La propuesta no tuvo aceptación, hasta que Julio Argentino Roca, durante su segunda presidencia, firmó un decreto ordenando que, en los actos oficiales, se canten solo los cuatro primeros versos, los cuatro últimos y el coro.
Desde entonces los
argentinos entonamos la versión recortada del himno, respecto de original
elaborado por Alejandro Vicente López y Planes.
En lo relativo al aspecto musical, la historia de nuestra canción patria también tuvo sus idas y vueltas, ya que fue sufriendo arreglos de adaptación para diferentes instrumentos musicales que terminaron alejándola de la partitura original de su autor español. En este sentido la adaptación más relevante la realizó, en el año 1860, el pianista y compositor Juan Pedro de Esnaola, por encargo del Director de las Bandas Militares de entonces, otorgándole a la versión original de Blas Parera una estructura musical más orquestal.
A pesar de la
popularidad que tuvo esta versión durante los sesenta y cinco años siguientes,
el presidente Máximo Marcelo Torcuato de Alvear creó una comisión
integrada por compositores para que elabore una versión musical definitiva del
himno nacional argentino.
En conmemoración a esta fecha
recordamos una versión, realizada por músicos de los elencos nacionales, desde
sus casas.