martes, 18 de mayo de 2021

El Día de la Escarapela

 



La escarapela argentina fue utilizada por primera vez por un grupo de damas de Buenos Aires (Casilda Igarzábal entre otras) al presentarse a una entrevista con el entonces coronel Cornelio Saavedra, jefe del Regimiento de Patricios, el 18 de mayo de 1810 y por el «Calendario Escolar» de 1951, se fijó dicha fecha como Día de la Escarapela.

La Escarapela Nacional Argentina es uno de nuestros símbolos patrios, junto al escudo, el himno y la bandera. Si bien, en el imaginario popular, la creación de la escarapela está unida a las jornadas de la Revolución de Mayo, con Domingo French y Antonio Luis Beruti, repartiendo cintas celestes y blancas; en realidad, no hay documentación que avale esta hipótesis planteada por Bartolomé Mitre.

Lo concreto, en relación a la creación de la escarapela, es que, a solicitud de Manuel Belgrano, su uso se establece por decreto del primer Triunvirato, el 18 de febrero de 1812.

Historia

Durante los preparativos para prevenir la segunda invasión inglesa, el Regimiento de Patricios de Buenos Aires usó un penacho blanco y azul celeste, color éste último que ningún otro cuerpo usaba en su uniforme. Al referirse a los Patricios, Bartolomé Mitre hace mención a este color en su “Historia de Belgrano”.

La mujer porteña, que tan destacada actuación tuvo en la expulsión del invasor, comenzó a utilizar en esos tiempos rebozos con los colores del pompón de los Patricios, identificándose con la causa: azul celeste con ribete blanco. Quedó así sentado que fue la mujer argentina quien divulgó los que serían los colores nacionales. Fueron ellas las que tanta y decisiva intervención tuvieron en los sucesos de Mayo y en la epopeya que los siguió.

Origen de la escarapela

El uso de las escarapelas remonta a la Guerra de Sucesión Española (1701-1713). Esta guerra, fue ocasionada por la muerte sin descendencia del rey Carlos II de España. Al fallecer el último de los Habsburgo, sobreviene la instauración en el trono de la Casa de Borbón. Durante esta contienda, en los campos de batalla se utilizaba un distintivo que tenía forma de moños y lazos.

En cambio, a partir del siglo XVIII, se impone la escarapela roja con forma de roseta, que era un signo de pertenencia al Ejército Real.

Las primeras utilizaciones de distintivos en las Provincias Unidas del Río de la Plata, refieren al uso de cintas de color rojo y blanco. Durante la resistencia a las invasiones inglesas de 1806, el cuerpo de Voluntarios Patriotas de la Unión, integrado por españoles y criollos utilizaba los colores blanco y rojo en su uniforme.

Durante la Revolución de Mayo, las crónicas de la época, aluden a las cintas blancas que se utilizaban en el ojal de la casaca, como señal de unidad entre españoles americanos y europeos. Otro distintivo era la escarapela encarnada y el retrato de Fernando VII sujeto con el cintillo del sombrero, y también algunos utilizaban una rama de olivo a modo de penacho simbolizando la paz.