¿Dónde está Qatar? ¿Qué tamaño tiene? ¿Cómo es?
Qatar
es un territorio con forma de península ubicado en el oeste de Asia, que limita
al sur con Arabia Saudita y al oeste, con Baréin, mediando el golfo Pérsico. Es
uno de los países más pequeños del mundo: tiene 11.571 kilómetros cuadrados
(km2) de superficie; es poco más de la mitad de la provincia de Tucumán, cuyo
tamaño es de 22.525 km2.
La
capital es Doha, donde vive el 40% de los habitantes del país. En total, Qatar
tiene 2,9 millones de habitantes, que es prácticamente la misma cantidad de
personas que viven en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), 3 millones.
La
fastuosa arquitectura de Qatar es uno de sus principales emblemas ante el
mundo, con edificios de diseño tradicional y estrambóticos rascacielos, entre
espacios culturales, religiosos, educativos o deportivos. Todo, muy nuevo.
Además, la belleza inhóspita de su desierto, que junto con sus playas y sus
hoteles de lujo convierten al país en uno de los destinos turísticos más
atractivos para visitantes de alto poder adquisitivo.
¿Qué tanto calor hace en Qatar?
Bastante.
El sol brilla todo el año y hay 2 estaciones: verano e invierno. La estación
fría va de principios de diciembre a principios de marzo, con una temperatura
máxima promedio durante el día por debajo de los 25 °C. Los veranos, en cambio,
son muy calurosos, con temperaturas que rondan los 36 ºC en promedio, pero que
pueden alcanzar los 50 ºC. Por eso, este mundial se hace entre noviembre y
diciembre. Entre junio y julio, como los anteriores mundiales, habría sido
insoportable.
¿Qué idioma se habla en Qatar y
cuál es la religión más importante?
El
idioma oficial es el árabe. La variante idiomática se llama árabe del Golfo,
por el golfo Pérsico, que además de Qatar se habla en otros países de esa
región: Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Baréin, Omán e Irán.
Casi
el 80% de la población de Qatar es musulmana; un 13%, cristiana; un 3%,
hindúes; un 2%, budistas, y un 2%, agnósticos. Sin embargo, la religión oficial
es el islam y así está establecido en el artículo 1º de su Constitución: “Qatar
es un Estado árabe, soberano e independiente. Su religión es el islam, y la ley
islámica (sharía) es la fuente principal de su legislación”.
¿Qatar es un país rico? ¿De qué
vive el país?
Qatar
es el cuarto país del mundo con mayor Producto Bruto Interno (PBI) per cápita,
US$ 93.521, y cuadruplica al de la Argentina, que es de US$ 23.627. Su
principal actividad económica es la venta de hidrocarburos, petróleo y gas, que
es su mayor exportación. De hecho, tiene la tercera reserva de gas del mundo
(12,5% del total) después de Rusia (24,3%) e Irán (17,3%).
Durante
siglos y hasta la década de 1920 la economía de Qatar dependió de la pesca de
perlas. Todo cambió entonces, cuando se descubrió la “perla cultivada”, es
decir las perlas producidas artificialmente, que no solamente son más redondas
y menos imperfectas sino, sobre todo, más baratas. Qatar entró en crisis porque
su principal actividad económica se desplomó. Pero la historia volvió a cambiar
rotundamente cuando los países vecinos empezaron a encontrar petróleo y Qatar
lo hizo en 1939, con la ayuda de la empresa Shell. Desde entonces, los
hidrocarburos son su principal fuente de ingresos y la llave maestra de su
camino a la prosperidad.
¿Cómo es el gobierno de Qatar?
¿Hay elecciones?
Qatar
es un emirato. Es decir, un reinado, una monarquía. En el mundo árabe el rey es
el emir, y el hecho de que Qatar sea una monarquía absolutista significa que el
emir tiene el poder absoluto. El emir qatarí, Tamim bin Hamad Al Thani (42
años), es el jefe de Estado y, a la vez, el jefe de Gobierno. Asumió hace casi
una década, en reemplazo de su padre, Hamad bin Jalifa al Zani.
Qatar,
de todas maneras, tiene un poder ejecutivo, que se llama Consejo de Ministros,
y un primer ministro, Khalid bin Khalifa bin Abdul Aziz Al Thani, que fue
designado por el emir en 2020. También tiene una Asamblea Consultiva o Consejo
Consultivo (Majlis al-Shura) de 45 miembros, de los cuales 15 son designados
directamente por el emir y el resto son elegidos por la población mediante voto
directo y secreto.
La
primera elección se realizó en 2021, justo un año antes del Mundial y después
de estar postergada al menos una década. Estos “legisladores” pueden proponer
leyes; aprobar y corregir el presupuesto; discutir políticas, e interpelar a
los ministros. Son, en rigor, un mero consejo asesor, un protoparlamento que no
tiene las facultades del poder legislativo de una república.
“La
elección de esta asamblea forma parte de todos estos esfuerzos del gobierno de
Qatar por mostrar que el país se moderniza y asume algún rasgo democrático o
por lo menos cierto parlamentarismo que hacia las audiencias de inversores,
organismos internacionales y gobiernos de países democráticos les permita
calificar positivamente, en la dirección que va trazando el emir”, dijo a
Chequeado Ignacio Rullansky, coordinador del Departamento de Medio Oriente del
Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de La Plata
(UNLP).
El
experto sostuvo que “en las elecciones” realizadas en 2021 la gente en general
votó a candidatos que pertenecen a su tribu o a su región. “En Qatar hay 300
mil personas ciudadanos qataríes y más de 2 millones de trabajadores
inmigrantes. Esas 300 mil personas son descendientes de tribus seminómadas. O
sea que, en general, el país no estaba urbanizado. Doha hace 50 o 60 años era
un puerto, una aldea, que no existía como ciudad. Entonces, es todo muy nuevo.
No hay multipartidismo ni elecciones como se las piensa en Occidente”,
describió el especialista.
¿Qué importancia tiene Qatar en el mundo árabe?
Qatar
fue un protectorado de Reino Unido entre 1916 y 1971, cuando se independizó.
Hoy integra un fenómeno regional de ascenso del golfo Pérsico, con Arabia
Saudita como protagonista, de la mano de la producción y venta de
hidrocarburos.
“Es
un ascenso económico que hoy se ha traducido en peso político. Hace 30 años, el
mundo árabe era Egipto, Irak, Siria y Líbano, con los que nos conectamos
culturalmente porque hubo migración. Hoy, todos esos países están atravesados
por guerras y conflictos políticos y religiosos, por lo que emerge esta otra
región (la del Golfo)”, dijo en esta entrevista a la agencia UNCiencia Juan José
Vagni, experto en Relaciones Internacionales, docente de la Universidad
Nacional de Córdoba (UNC) e investigador del Conicet.
La
bonanza económica de Qatar se combina con otras acciones. Es el país fundador,
en 1996, y propietario de la agencia de noticias Al Jazeera, que es el
principal medio de comunicación del mundo árabe y uno de los principales del
mundo entero. Rullansky explicó que la creación de un multimedio propio se
convirtió en un modo de ejercer en la región y en el mundo el soft power, poder
blando, basado en influencias intangibles o indirectas.
Vagni,
a su vez, destacó que Qatar “sumó otras iniciativas de diplomacia blanda como
atraer a reconocidas universidades para que instalen una sede” en el país.
“Están la Sorbona, Georgetown, Texas A&M, Carnegie Mellon y otras. Esto le
permitió formar a su élite allí mismo con recursos provenientes de Occidente”,
sostuvo.
Para
el especialista, otra estrategia fue la de jugar de mediador en los conflictos
políticos de Medio Oriente. “Incluso algunos movimientos político-religiosos
tienen su sede allí, como los talibanes. También ha funcionado como bisagra en
el conflicto palestino. Y se ubicó en un rol protagónico durante la Primavera
Árabe a través de Al Jazeera”, señaló.
En
lo político, además, a Qatar se le atribuyen muy buenas relaciones con países
con intereses diferentes y hasta opuestos, en algunos casos. Por ejemplo, Reino
Unido, Estados Unidos y China.
¿Qué pasa con las mujeres y las
minorías sexuales en Qatar?
Aunque
el artículo 35º de la Constitución dice que “todos los individuos son iguales
ante la ley” y que “no se discriminará a nadie por razón de sexo, raza, lengua
o religión”, los qataríes no se pueden convertir a otra religión (la apostasía
es un delito penal) y, además, la homosexualidad es considerada haram, es
decir, un pecado prohibido por el islam.
Khalid
Salman, embajador del Mundial 2022 y ex futbolista internacional con la
selección qatarí, causó revuelo internacional a 2 semanas del inicio del
Mundial cuando dijo que la homosexualidad era “un daño en la mente” y que,
aunque se aceptaría a los visitantes homosexuales, tendrían que “adaptarse y
aceptar las normas”.
Además,
el artículo 58º de la Ley de Familia de Qatar establece que la esposa “debe
cuidar y obedecer” a su marido, mientras que él debe “velar por ella y por su
propiedad”. Conforme al artículo 69º, la esposa “desobediente” se arriesga a
perder su sustento económico. Se considera que es “desobediente” cuando “se
niega a estar sujeta a su marido o a trasladarse a la vivienda conyugal sin una
razón legítima” o si viaja o trabaja “sin su permiso […], salvo que él haya
abusado de su derecho al impedirle trabajar”.
Para
la organización Human Rights Watch, se trata de un “sistema discriminatorio de
tutela masculina que niega a las mujeres el derecho a tomar decisiones clave
sobre sus vidas”.